Este cierre de año experimento esa sensación arrítmica, de ir fuera de ritmo constantemente que, por cierto, me está sirviendo para CUIDARME.
Lo contrario es ir a ritmo, tener “flow”, dejarse llevar por la música, por el momento presente.
Es difícil para mí después de un año de pérdidas, movimientos discontinuos y pausas prolongadas enganchar el ritmo con el que desde fuera el mundo nos mueve.
Aunque luchemos para que nuestro movimiento sea libre, espontáneo, consciente… vivimos relacionándonos con los demás por lo que optamos por elegir ser los protagonistas o las víctimas.
Hace años hubiera pensado que sentirme arrítmica era algo que tenía que mejorar, necesitaba sincronizar y había que cambiar.
Hoy recordé mientras escribía, que estar conectada con mi movimiento esencial y auténtico me permite respetar los tiempos que necesito y me ayuda a integrar esta danza con la vida de otra manera.
Me doy cuenta que es un regalo, no un drama, conocer nuestros ritmos circadianos, hacernos responsables de los que nos pasa para movernos en los encuentros, en las relaciones, en la cotidianeidad de una manera diferente, quizás más armónica internamente y menos externamente.
Igual esto también te ocurre:
¿Sientes como en estas fechas te empujan desde fuera para ir más rápido, más fuerte, más intenso, más tranquila, más coordinada …?
El “más” es justamente lo que provoca ese empuje y por la razón que sea tu cuerpo no tiene la vitalidad, ni energía para conseguirlo.
Y cuando estés lista es el momento de avanzar.
Avanzar no es ir hacia delante únicamente, es progresar, evolucionar, encontrarse contigo mism@ para decidir cómo quieres continuar.
Avanzar también es tomar decisiones que hasta hoy te tienen atascada.
Lo que quiero compartirte es la diferencia entre:
Comencé escribiendo que esta sensación, me ayuda a cuidar mi cuerpo, mi energía y vitalidad.
Observa en tu cotidianeidad…
¿Cuál es el ritmo que te provoca este cierre de año?
Pausado, definido, constante, inconstante, intenso, armónico …
Sea cual sea, detente y siente si ese ritmo es tuyo o viene provocado por todo aquello que “tenemos que hacer”… ya que lo consideras una obligación, compromiso con el otro, ritual navideño, algo que me propuse…
El mes, el año, el ciclo …
¿Cómo te sientes?
¿Qué emociones te visitan?
¿Cuáles son los movimientos que están queriendo emerger y cuáles se disolverán para siempre?
Hoy quiero regalarte los 3 movimientos que forman parte de mi ritual de cierres.
Su práctica me ayuda a:
Te invito a que los pongas en práctica y dances tu cierre de año respetando tu ritmo vital.
3 Movimientos para preparar tu cierre de año:
1.- VACÍATE de todo lo que ya cumplió su función, vacíate de aquello que no quieres llevarte contigo
Permite que tu cuerpo se agite, suelte...
2.- Recupera tu centro y ABRE el CORAZÓN
3.- JUEGA, juega y juega con tu cuerpo, tus movimientos, sal del ritmo conocido y siéntelo
Si estás preparada para jugar
estás preparada para salir,
cerrar y seguir tu danza vital.
“El aprendizaje tiene ritmo. Todo danza” MjZea
Fundadora de Movimiento Esencial. Coach PCC-ICF Especialidad en el ámbito Corporal – Emocional. Facilito y acompañante procesos transformacionales individuales y de equipos. Exploradora del movimiento, del proceso relacional, de la participación-acción, lo que me inspira a re-crear la vida y conectar con la pasión, ilusión, motivación que habita dentro de cada persona y de cada organización. Socia directora de ReCrea SCA y de la Escuela Internacional de Aprendizaje en movimiento ME.
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