Este cierre de año experimento esa sensación arrítmica, de ir fuera de ritmo constantemente que, por cierto, me está sirviendo para CUIDARME.
Lo contrario es ir a ritmo, tener “flow”, dejarse llevar por la música, por el momento presente.
Es difícil para mí después de un año de pérdidas, movimientos discontinuos y pausas prolongadas enganchar el ritmo con el que desde fuera el mundo nos mueve.
Aunque luchemos para que nuestro movimiento sea libre, espontáneo, consciente… vivimos relacionándonos con los demás por lo que optamos por elegir ser los protagonistas o las víctimas.
Hace años hubiera pensado que sentirme arrítmica era algo que tenía que mejorar, necesitaba sincronizar y había que cambiar.
Hoy recordé mientras escribía,...
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