¿Y si el cambio de estación fuera también una práctica de conciencia?
Cada transición trae consigo una revolución silenciosa, y aprender a escucharla puede cambiarlo todo.
Ahora, cuando cambia la estación, mi cuerpo se revoluciona.Siento como algo me empuja desde dentro.
No sabría decir si es impulso o resistencia. Tal vez las dos cosas.
Del verano al otoño, mi cuerpo me pide aflojar, soltar, vaciar.
Como si necesitara despegar capa a capa las experiencias, las emociones, las historias y todo el hacer que he venido habitando durante los meses de sol.
Por eso digo que se revoluciona: porque al mismo tiempo que quiere soltar, siento como se tensa. Como si contuviera algo que está pidiendo salir.
Y entonces lo noto: las articulaciones duelen, las migrañas aparecen, la energía sube y se agota en la misma ola.
El cuerpo entero parece decirme: “Para. Deja que me reacomode.”
Cada año escucho un poco más esa voz:
Ya no lucho contr...
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