Este es el tercer post vinculado a la experiencia vivida en el encuentro de La Brújula de la Confianza en Oñati.
Tras sumergirnos y habitar la inmersión y el entre, llegamos al momento de emerger: un movimiento que no es final, sino semilla para lo que vendrá.”
Y a veces, creemos que emerger es un salto espontáneo, una revelación clara, un estallido creativo. Pero no. Emerger es un proceso.Lento. Profundo. Corporal.
Un movimiento que, aunque a veces creemos que sucede de forma inmediata, o explosiva, en realidad es un proceso sutil y lleno de matices.
El tercer día amaneció con una claridad distinta. Había algo en el aire… como si el cuerpo ya supiera que era momento de salir, no hacia fuera, sino hacia dentro de lo vivido.
No es ese estallido repentino, ni una expresión que brota sin aviso. El emerger es un movimiento con historia, con hondura. Es un regreso hacia lo que ya estaba naciendo desde el inicio.
En Oñati, el movimiento de emerger lo danzamos en diálogo con la naturaleza. Caminamos escuchando, sintiendo, mirando… permitiendo que lo esencial nos encontrara en los detalles: una rama inclinada, un reflejo en el agua, una piedra cálida al sol. Descubrimos que los elementos no sólo están ahí: también se mueven con nosotras. Y en esa danza silenciosa, comenzamos a ver reflejado el cuerpo que somos.
📷 Una de las participantes, al mirar la imagen que había capturado con su cámara, compartió con el grupo:“Esto me ayuda a recordar quién soy cuando me siento viva.”
Y otra añadió “ Ya tengo ganas de llevar esto a mi emerger familiar y jugar en la naturaleza con mis hijos para asentar todo lo que me llevo de esta experiencia”.
Fue una dinámica creativa donde capturamos lo emergente con la cámara, no como testigo externo, sino como ritual de presencia. La fotografía fue una práctica de anclaje, una forma de recordar no solo lo visto, sino lo sentido, lo comprendido en lo más profundo del cuerpo.
Nos dimos cuenta, entre conversaciones y pausas, que para emerger necesitamos…
🌬️• Espacio.
• Tiempo.
• Respiración.
• Y sobre todo… energía disponible.
No podemos forzarlo. No podemos anticiparlo. Lo único que podemos hacer es acompañarlo con esa energía disponible.
- La energía de la aceptación: aceptar que no todo lo vivido se puede traducir aún.
- La energía de la creación: permitir que lo que está maduro encuentre su forma.
- Y sobre todo, la energía de la confianza.
Aquí fue donde el Movimiento C se volvió imprescindible. El mapa de la confianza que habíamos explorado durante los días anteriores se activó como una brújula creativa: nos enseñó a sostener el proceso sin apurarlo, a sostenernos a nosotras mismas mientras lo nuevo se asomaba. Porque en todo proceso creativo, desde una idea hasta una vida diferente, necesitamos esa confianza: la que se mueve en espiral, que no exige resultados, pero sí presencia.
Durante la última sesión... El contacto improvisado se volvió una conversación nueva, nacida del respeto, de la escucha, del reconocimiento de los ritmos ajenos como propios. Descubrimos cómo la confianza se mueve cuando dejamos de empujarla, cuando simplemente le damos espacio.
Emerger también fue aprender a regresar. Volver al centro. A la experiencia. A la semilla.
Y entonces sí, CELEBRAMOS…
Porque el emerger merece ritual.
Porque cuando el aprendizaje se vuelve cuerpo, se vuelve vida.
Porque en esa última danza, la de la gratitud, sembramos en la tierra fértil que cultivamos juntas.
Al cerrar, emergió una pregunta… “¿Y ahora qué hacemos con todo esto que nos llevamos?”
Y como siempre en estos encuentros, respondimos desde la experiencia y conectadas con el proceso cargado de belleza, ahora noto que mi respuesta es muy poética …
Así te la comparto: “Lo dejamos caer suavemente en nuestra vida, como cae la lluvia cuando la tierra está lista.”
Emerger es eso: saber volver con respeto al cotidiano, sin romper la delicadeza del vínculo recién tejido con una misma. Es aterrizar con ternura, permitiendo que lo nuevo eche raíz en lo que ya somos. Y desde ahí, comenzar de nuevo… como quien confía en la semilla que ya fue sembrada.
🌾 ¿PRACTICAMOS?
Busca un lugar tranquilo, donde puedas estar unos minutos contigo sin interrupciones.
Ponte de pie o siéntate con la espalda libre. Siente tus pies en contacto con el suelo.
🌬️ Respira profundo… y siente qué parte de ti quiere salir a la luz.
No pienses. Siente. ¿Qué está listo para mostrarse en tu cuerpo, aunque aún no tenga forma?
Ahora, muy lentamente, comienza a mover esa parte.
Quizás es una mano que se estira, un hombro que gira, un pecho que se abre.
Dale espacio al movimiento que quiere emerger.
Hazlo sin prisa, sin corregir. Solo acompaña.
Permite que ese movimiento crezca, que respire contigo, que se transforme si lo necesita.
📷 Si te apetece, al final de la práctica, toma una foto de algún objeto o rincón que te recuerde ese movimiento.
Algo que te sirva como anclaje de lo que estás cultivando.
Una imagen para recordar quién eres cuando te sientes viva.
✨Cuando termines, lleva una mano al pecho.
✨Agradece tu capacidad de dejarte tocar por lo vivido.
Y date permiso para regresar al cotidiano con ternura y amabilidad.
Quédate resonando con esta pregunta:
“¿Qué quiere emerger en ti hoy… si le das espacio?”
Fundadora de Movimiento Esencial. Coach PCC-ICF Especialidad en el ámbito Corporal – Emocional. Facilito y acompañante procesos transformacionales individuales y de equipos. Exploradora del movimiento, del proceso relacional, de la participación-acción, lo que me inspira a re-crear la vida y conectar con la pasión, ilusión, motivación que habita dentro de cada persona y de cada organización. Socia directora de ReCrea SCA y de la Escuela Internacional de Aprendizaje en movimiento ME.
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